sábado, 24 de noviembre de 2007

TORRESUMANAS-H

Ramón García Mateos, altíssim i reconegut poeta, ha tingut la gentilesa d'invitar-me en diverses ocasions a les seues activats poètiques des de Cambrils. No sé per quin motiu em surten uns textos elegíacs, de manera que em passa pel cap fer l'antologia de les elegies.
El poema que segueix correspon a la meua participació a l'interessantíssim volum: Palabras fentre al mar, anomenat carinyossament com "el totxito". Va ser editat per l'IES Cambrils i presentat en el context d'una trobada d'escriptors que em va deixar KO, en crisi. Sense ganes d'escriure, després de veure el molt de bo que en aquella trobada hi havia i el molt poc que jo tenia per mostrar.
El poema que segueix, no cal dir-ho, és un poema contra el dolor, contra la violència, contra tanta víctima innocent.
TORRESUMANAS-H

Es en la soledad campesina
donde el hombre deja de vivir entre espejos.

El campo para el hombre moderno
es una invención de la ciudad,
una creación del tedio urbano
y del terror creciente de las aglomeraciones urbanas.
ANTONIO MACHADO

Recoger
con infinita ternura
los cuerpos desintegrados
de los bien amados,
pero no se puede
porque los cadáveres
ajenos no son sino objetos
a veces excesivamente molestos,
son una materia viscosa
que con el paso del tiempo
nos recuerdan
la nada repugnante
que somos.
Recoger
con extrema rabia
los cadáveres del amasijo,
pensando con inevitables guantes
que el odio sabe convertir
los larvados sueños
en reverberante nada.
Retirar
partícula a partícula,
con inquieto sigilo,
las motas de ADN,
los recuerdos de un instante de amor.
Depositar
los miembros, y sus fragmentos,
con suma delicadeza,
en bolsas no tóxicas y conservantes.
Etiquetar
los despojos
con su día, su hora, y su posibilidad.
Guardar
los recipientes
con los atados de moléculas
en ambientes fríos, estabilizadores,
pensando en todo momento
que quien recoge
podría ser una de esas infinitas trazas.
Beber
durante días el arco de la carne,
el caos, asco, de la repugnancia,
de los hedores de verdugos
y víctimas, concentrados,
en una misma emulsión
de memento mori,
memorial, mausoleo.
No es momento
de buscar
enemigos,
es momento
de concentrarse
en los escombros,
de aprender
lo inútil
de reconstruir
la construcción construida,
de evitar
la destrucción destructora.
Civil y militar tienen la misma carne
quizá los mismos sueños
aunque puede ser que el militar sea más niño,
capaz de embriagarse de heroísmo,
de pensar que todas las armas son juguetes.
No es momento
de ponerse ebrio de banderas,
ni de rezar a los múltiples dioses
pensando que son únicos.
Es momento
de buscar
algo que evite de forma infinita
los escombros, los fragmentos,
la destrucción, el dolor, la muerte.

Este poema es un monumento
hecho de piedras versales,
es un mausoleo que alberga
los nombres de los difuntos
y aquellos detalles que la estadística
no tiene en cuenta.

Este poema es un monumento
que mira los ojos de los niños huérfanos,
de las viudas, de los padres huérfanos,
de las esposas hu

Tomás Camacho Molina,
Alcanar, 24 de septiembre de 2001 20:37:00 -
22 de septiembre de 2002 0:07:32

(La precisió cronològica té el seu interès, en el sentit que és un poema escrit en calent, però revisat en fred, passat el temps.)

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